Es importante conocer algunas claves para poder apreciar un buen jamón ibérico
Sólo en pequeñas y finas láminas recién cortadas y a la temperatura adecuada podremos apreciar todos los matices
Las grasas microinfiltradas son las que más aportan a la calidad del jamón. Al fundirse, en torno a los 20º, impregnan el magro que las rodea. En ese punto se despliegan todos los aromas
Cada parte del jamón produce distintos sabores y texturas. Más equilibrados y aromáticos en su parte principal o Maza, más intensos junto al hueso, más directos en la Babilla
Otras zonas, de menos complejidad pero más potencia, podremos apreciarlas también con otros formatos de corte. Todo un mundo de sensaciones que, como sucede con los buenos vinos, va más allá de lo gastronómico, del puro disfrute de sus aromas, texturas y sabores…
Conocer su procedencia, la genética y la crianza del animal, las dehesas en las que se crió y desarrolló, la “añada” de la montanera, los procesos y condiciones de elaboración del producto, el tiempo de curado en reposo…. y hasta la forma de presentarlo y servirlo, son parte del placer de su disfrute Es la cultura del ibérico
Como los mejores vinos, un jamón del más alto nivel solo puede nacer de la relación del hombre con la naturaleza, del conocimiento de los procesos y de la pasión por conseguir algo excepcional